Con gran expectativa se inicia la cuenta regresiva para elegir en los próximos comicios electorales a los miembros de la Junta Administradora Local.
Para la transformación que necesita nuestra localidad, es importante que los electores, como ciudadanos dignos y merecedores de una buena administración y efectivo control político, se den a la tarea de buscar un sitio lleno de silencio, donde reine la paz, donde se pueda meditar y reflexionar, para que conscientes de la trascendencia de la decisión ha tomar, se opte por escoger de manera acertada al candidato, que contribuya con sus propuestas visibles a que Teusaquillo tenga un futuro promisorio.
Es de advertir que los candidatos a ocupar una curul en la Junta Administradora se van a encontrar con un panorama no muy atractivo, debido al cúmulo de deficiencias en cuanto a control y voluntad política se refiere, notorio en el deterioro existente en nuestra localidad, que salta a la vista de todos. Producto de lo anterior se asimila a la administración local como una locomotora sin fanal, paseando un discurso trillado y trasnochado de un lugar a otro con la disculpa de marras: “Nos encontramos en un estado social de derecho”, “ esperar que se surta el debido proceso”, “el derecho a la defensa”, “instancias”, “términos”, “falta de recursos para contratar personal y poder descongestionar los procesos en mora”. Todo esto por falta de diligencia y por no dar trámite de forma ágil y oportuna.
El candidato a ocupar un escaño en la JAL, debe tener una radiografía clara de esta realidad y la problemática actual por la que atraviesa la localidad, para poder así ejercer, las funciones que les han sido asignadas, dentro del marco legal, a los miembros de dicha corporación y estos, asumir como meta la lucha por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el mejoramiento de la calidad de vida de los diferentes grupos poblacionales en materia de salud, seguridad, convivencia, espacio público, ambiente, uso del suelo, movilidad, eventos masivos, andenes, entre otros.
Este mismo aspirante debe ser idóneo, proactivo y ejercer un liderazgo dentro de la población, acompañado de distintos matices, y reunir condiciones y valores esenciales como la honestidad, responsabilidad y compromiso, que deben ser inherentes a la persona, quienes en su trasegar o ejercicio no deben permitir que éstos sean modificados o alterados por un apetito burocrático que vaya en contravía con los intereses de la colectividad en general.
¡Señor elector su voto es decisivo!
Artículo de Opinión publicado en el Periódico Golpe de Opinión e n su edición extra del mes de octubre de 2011
